Un día cualquiera, laboral, en un mes casi
cualquiera, julio por ejemplo. Suena el teléfono:
- Informática, buenos días
- Pedro (tienen mi extensión anotada en el
post-it de turno) tengo un correo que me da “mal rollo”, que pone
cosas raras y no entiendo qué dice ni si es para nosotros…
- ¡Tate quieta! No hagas nada que voy en un
momento…
Dicho y hecho: al ordenador de marras a ver qué
es lo que ha llegado al correo y que ha disparado las alarmas del
usuario.
Y era lo que se podía esperar: un correo
electrónico de un remitente desconocido con un mensaje redactado en
un español “de traductor malo” urgiendo a resolver un problema
con una entrega de mercancías y aduanas de por medio, acompañado
por un adjunto en ¿.pdf?
No pintaba bien.
Lo primero, avisar a todo el mundo que tiene
acceso a esa cuenta de correo, corporativa, que NO abra el correo
hasta que no se sepa qué trae; lo segundo, reenviarlo a una cuenta
de correo “fungible” y a un equipo (también fungible) con Linux…
¡porsiaca!.
Hecho eso, y para nada tranquilo ya que no me fío
un pelo de la curiosidad del usuario, me vuelvo a mi rincón a ver
qué nos ha llegado.
Empiezo guardando el correo al completo, con su
adjunto y todo, para no trabajar desde la aplicación de correo: no
hay que romper más de lo necesario… Después toca abrir el texto
del mensaje con un editor de texto: nada más que texto plano, ni
html ni imágenes ni nada (que las carga el diablo). Y, sí, sonaba
raruno…
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Texto del correo |
Ese texto, en el correo original venía
acompañado de unas cuantas imágenes para darlo un toque un poco más
“profesional”. Huelga decir que los ficheros de imágenes fueron
subidos a VirusTotal… En principio no había nada malo.
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Contenido del correo |
El siguiente paso fue descomprimir el adjunto
.rar para ver qué traía: el .exe de turno ¿para qué dar vueltas y
hacerlo más complicado si quien hace clic una vez hace clic dos
veces?
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Adjunto comprimido... y descomprimido |
El fichero .exe fue el siguiente en ser subido (y
re-subido) a VirusTotal, donde ya sabían de él y de todo lo malo
que era, y desde cuándo:
Total: sospechas confirmadas, por lo que el
siguiente paso fue el de avisar a mis queridos usuarios para que
borrasen el correo de marras y vaciasen la papelera acto seguido…
Que los archivos recuperados los carga el diablo…
Posteriormente, ya con la tranquilidad de que al menos por esta ocasión no se había liado parda -ergo tooooodooo cifrado por ransomware-,
aproveché para contarles un poco por encima cómo los malos se
aprovechan de los usuarios confiados para causar daño en los
sistemas informáticos y el caos que pueden llegan a provocar…
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Cosas que pasan |
Y de paso explicarles que Windows trata los
archivos de forma distinta según sea de cara al usuario o según
sera para trabajar con ellos.
Cuando se los muestra al usuario lo hace leyendo
el nombre de izquierda a derecha: nombre del archivo – punto –
extensión (por lo general tres caracteres) que identifica la
aplicación que abre ese archivo, y nos muestra el icono
correspondiente a la aplicación para que sepamos qué tipo de
archivo es, sin mostrarnos en ocasiones la extensión (depende de
nuestra configuración) Y ya está: Windows considera que para el
usuario no es necesario que exista nada más allá, lo ignora…
¡para hacernos más cómoda la vida!
Pero cuando el sistema operativo tiene que
trabajar con el archivo lo hace de forma distinta: empieza leyendo de
derecha a izquierda, por un motivo muy sencillo: en función de la
extensión del archivo tiene que abrir primero el programa
correspondiente y luego el archivo. ¿Veis por dónde voy? Esto
significa que si el archivo se llama, por ejemplo ;), ejemplo.txt,
Windows nos muestra el icono del programa bloc de notas y el nombre
del archivo, y cuando hacemos doble clic para abrirlo primero “leerá”
txt y abrirá el Notepad.exe, y luego abrirá el archivo “ejemplo”.
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Archivos sin y con extensión |
Si el archivo se llamara, como en la imagen,
ejemplo.txt.bat, vemos que Windows sólo nos muestra ejemplo.txt y el
icono del programa que lo abre. Pero nosotros no nos vamos a fijar en
que no “nos suena” el icono sino en que el fichero es un .txt que
no es malo ¿no? Pues al hacer doble clic sobre él el sistema
operativo se encuentra con la extensión .bat, esto es, un archivo
ejecutable por lotes, y lo ejecuta cumpliendo las instrucciones que
en él se encuentran (¿te imaginas ya dónde está “escondida”
la malicia?), sigue leyendo hacia la izquierda y se encuentra con
.txt y abre el Notepad para terminar abriendo el archivo… ¡con el
ordenador ya infectado!
Así de sencillo es; así de fácil que caigamos.
Si no te lo crees y sigues pensando que en tu
casa, trabajo, colegio... no hace falta más concienciación ni formación ¡te
convertirás en noticia! Y estaremos esperando para ponerte, una vez
más, de ejemplo…
Pero si, por el contrario, esto te ha hecho
recapacitar, recuerda que tienes muchos medios a tu disposición,
mucha gente dispuesta a echarte una mano: #PlanDirector de Policía y
Guardia Civil para los coles, #cibercooperantes del Incibe… y
tantos y tantos otros, tanto gratuitos (¿espíritu hacker?) como de
pago. Tú eliges.
Y si crees que te puedo ayudar a decidir por cuál,
a ver qué puede hacerte falta, a… no dudes en hacérmelo saber.
¡¡Pero NO seas noticia, por favor!!
1 comentario:
Y pensar que conforme lo iba leyendo me iban entrando las 7 cossas. Gracias por el artículo un saludo
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