Esta mañana he llegado al límite de la paciencia.
Sí, se me ha agotado; ya no he podido soportar más ver en el menú de
arranque de mi portátil algo así como quince líneas dándome a elegir uno
de los cinco kernels distintos (debido a las sucesivas
actualizaciones), más otros cinco “safe mode”, más cuatro en “serial”
más el de WinXP, así que me he puesto manos a la obra.
Como buen internauta, lo primero ha sido consultar a San Google,
ya que las versiones más recientes de Ubuntu han cambiado su,
llamémosle estructura interna y cómo modificarla, por lo que ha habido
que documentarse.
Y, cómo no, hay dos caminos: el gráfico y el sempiterno de la consola y
el teclear. He de reconocer que el más cómodo es es modo gráfico y, casi
seguro, es también el menos peligroso; pero también he de reconocer que
el “friki” que llevo dentro -muy dentro- se ha hecho camino hasta la
superficie y a pesar de los peligros poco menos que universales que se
anuncian en caso de fallar en el intento, ha llegado el primero a la
meta.
¿Que qué significa la parrafada anterior? Que me he decidido a hacerlo
en modo consola, a pesar de todo. Y esta es la prueba fehaciente de que
lo he logrado (de lo contrario no estaríais leyendo esto).
He de confesar que en www.guia-ubuntu.org
hay unos despabilaburros eficaces al 100%, y siguiendo uno de ellos he
conseguido que al final mi inicio se limite a siete entradas: aún me
sobran las cuatro del “mode serial” o algo así. Eso está para más
adelante, para sacar nota y dejar el menú de arranque sólo con la última
versión del kernel, su modo seguro y el WinXP (que también corre serio
peligro de extinción desde que descubrí lo bien que me funciona Wine).
¡Hala! Gracias por vuestra atención, y un cordial saludo (reducido, eso sí ;D )
petrux
viernes, 12 de noviembre de 2010
jueves, 4 de noviembre de 2010
Wine, Wi, Wenci…
Me he permitido la licencia de modificar ligeramente la celebérrima
expresión debido a que por fin he conseguido quitar de en medio uno de
los pocos lazos que aún me ataban, siquiera parcialmente, a Windows.
Desde hace mucho, mucho tiempo hay un par de aplicaciones de Windows a las que aún no había encontrado sustituto plenamente operativo en Linux: Microsoft Money e Irfan View. Son un gestor de finanzas personal y un visor de imágenes con alguna funcionalidad añadida (de hecho, muchas). Y aunque he probado posibles sustitutos no había encontrado ninguno que me “llenase” del todo, así que seguía aún atado a ellas… ¡hasta ayer!
Había leído también, largo y tendido sobre la posibilidad de correr bien todo un sistema operativo Windows sobre Linux -léase máquina virtual- o bien sólo aplicaciones -léase Wine-. La primera opción la descarté de inmediato: es un elevado consumo de recursos de máquina para correr unas aplicaciones que para nada son imprescindibles, y la segunda opción se mantenía ahí, tras la mata, a la espera de tomar una decisión tras informarme.
Y el tiempo pasaba… y pasaba… y no tomaba la decisión, hasta que ayer, sin planificarlo en absoluto hice de “windowsero” e instalé Wine directamente desde el gestor de aplicaciones de mi Ubuntu 10.04 que tengo instalada en el portátil. Aplicaciones -> Centro de software de Ubuntu y en la ventana de búsquedas “wine”. Intro, botón instalar… ¡y a brindar con una copa de Wine! (tinto, dicho sea de paso): la “capa de compatibilidad con Microsoft Windows, versión beta” corre a toda velocidad y ejecuta sin problemas tanto Money como IrfanView. ¿Más aplicaciones? Supongo que sí, simplemente será ir probando, pero de momento tengo cuanto necesito.
Tan sencillo como eso. ¿Alguien más se apunta?
Un cordial saludo,
petrux
Desde hace mucho, mucho tiempo hay un par de aplicaciones de Windows a las que aún no había encontrado sustituto plenamente operativo en Linux: Microsoft Money e Irfan View. Son un gestor de finanzas personal y un visor de imágenes con alguna funcionalidad añadida (de hecho, muchas). Y aunque he probado posibles sustitutos no había encontrado ninguno que me “llenase” del todo, así que seguía aún atado a ellas… ¡hasta ayer!
Había leído también, largo y tendido sobre la posibilidad de correr bien todo un sistema operativo Windows sobre Linux -léase máquina virtual- o bien sólo aplicaciones -léase Wine-. La primera opción la descarté de inmediato: es un elevado consumo de recursos de máquina para correr unas aplicaciones que para nada son imprescindibles, y la segunda opción se mantenía ahí, tras la mata, a la espera de tomar una decisión tras informarme.
Y el tiempo pasaba… y pasaba… y no tomaba la decisión, hasta que ayer, sin planificarlo en absoluto hice de “windowsero” e instalé Wine directamente desde el gestor de aplicaciones de mi Ubuntu 10.04 que tengo instalada en el portátil. Aplicaciones -> Centro de software de Ubuntu y en la ventana de búsquedas “wine”. Intro, botón instalar… ¡y a brindar con una copa de Wine! (tinto, dicho sea de paso): la “capa de compatibilidad con Microsoft Windows, versión beta” corre a toda velocidad y ejecuta sin problemas tanto Money como IrfanView. ¿Más aplicaciones? Supongo que sí, simplemente será ir probando, pero de momento tengo cuanto necesito.
Tan sencillo como eso. ¿Alguien más se apunta?
Un cordial saludo,
petrux
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