Hace unos días estuve limpiando un
equipo que tenía todo tipo de bichos, de esos que entran solos ya
que “yo no descargo cosas raras...” Pero ahí estaban el
Ares, eMule y algún otro, y por supuesto todos ejecutándose en
segundo plano simultáneamente y desde el arranque del equipo.
Claro, el equipo iba despacio, muy
despacio; y cuando abría el navegador de Internet iba a una página rara (“...una así como la de Google pero no era la de Google”)
y sólo quedaba una ventanita para navegar pues una parte
importante de la ventana estaba ocupada por barras de herramientas
que, supuestamente, facilitan la navegación para que no perdamos el
tiempo buscando por la red.
Lo cierto que estas barras de
herramientas están proliferando como hongos, acercándose su
comportamiento cada vez más al del malware en el sentido de lo
complicado de su eliminación; de hecho, se están ganando el
apelativo de grayware:
programas que se instalan sin el conocimiento del usuario
y que resultan molestos o indeseables.
Estas barras de herramientas las
instalamos nosotros mismos cuando, a su vez, instalamos software "gratuito": bien directamente el programa legítimo y gratuito, bien algún
gestor de descargas para descargarlo más deprisa (porque cuando
descargamos un programa es porque lo necesitamos de inmediato...), bien cuando descargamos un programa crackeado.
¿No? ¡Sí!
¿Y no te has dado cuenta durante ese
proceso de descarga e instalación que te van saliendo ventanitas
(pops-up) con casillas ya marcadas que no leemos porque somos
rapidísimos en hacer clic en el botón
continuar-continuar-continuar? Pues así has autorizado a que se te
instale toda esa porquería, que luego es difícil de quitar bien
porque no aparece desinstalador en el menú de Agregar-Quitar
Programas, bien porque el propio de ese programa o no existe o nos “miente”
cuando nos dice que ya está desinstalada... Esto, en el mejor de los
casos, porque también nos encontramos con que modifican las
políticas de grupo de Windows, o se instalan como servicio que se
reinicia con cada arranque del equipo o te ofrecen un desinstalador
propio... ¡que te instala otro grayware aún peor!
La solución: ¡la de siempre! Leer,
leer y leer. Y no pulsar el botón de aceptar sin estar completamente
seguros de que entendemos lo que hemos leído y que es lo que nosotros
queremos. Y en caso de duda, ¡cancela! Seguro que existe otra opción
menos peligrosa e incluso otra aplicación que hace lo mismo, o casi,
que la que estamos buscando.
Si quieres ampliar la info, en inglés,
no dejes de pasarte por aquí que son
los responsables de que me haya animado a escribir esta entrada.
¿Te ha sido útil o instructiva?
¡Házmelo saber, o consultame cualquier duda que te haya surgido!
Un cordial saludo.
1 comentario:
En el software crackeado no existen este tipo de cosas, Petrux. La comunidad cuida de este tipo de cosas. Un saludo.
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