jueves, 31 de marzo de 2016

HackErs en Ejea, con E de Eloy

Esta va a tirar de memoria pura como justo tributo a quien confirmó ser gran profesional y mejor persona: Eloy, el “hacker” de Ejea.
Sí. No es él el causante de cuelgues, pantallazos azules ni bajo rendimiento de las “wifis”, sino de haberse embarcado en la ingrata y árdua tarea de acercar la seguridad, la ciberseguridad a los empresarios, colectivo que se juega en la red no sólo sus datos, no sólo su dinero, no: se juegan su futuro, y el de las familias que, en mayor o menor número, viven de esa empresa.
Y lo hizo a lo grande, usando una herramienta en la que es especialista: implicando a implicados. Implicados en ciberseguridad de primera fila que se han recorrido España de punta a punta… con Eloy detrás tantas veces como ha podido. Y eso lo certifico, que me lo he encontrado en fregaos varios… E implicándolos porque se los “ha llevado” a Ejea donde se celebró una #BussinesCon el pasado 9 de marzo.

Rompió el hielo (a la par que los asistentes comenzaron a sudar frío) la inigualable Susana, haciendo otra de sus magníficas exposiciones en la que no dejó un resquicio legal sin cerrar, que ni con la información ni con los dineros se juega.
Y sin dar tiempo a recuperarse a quienes acudieron, otra “delicada” en apariencia, señorita, Silvia Barrera les mostró cómo desde Internet podían esperar ataques contra sus activos.
Pálidos estaban ya. Ese mantra de que “el Internet es malo” que a fuerza de oir dejamos de escuchar parecía tomar cuerpo y ser como un ariete que iba a hundirnos el negocio. Pero no, que apareció el tercero en discordia, Miguel Arroyo, venido de aún más lejos para empezar a mostrarles el camino correcto: comencemos mirando cómo tenemos la casa para ver si la estructura aguantaría una tormenta… ¡o un huracán! Al oir “auditoría de seguridad” empezaron a perder la presencia de ánimo; menos mal que salió al quite Eloy ¡qué máquina! Que historia más divertida hilvanó tirando de anécdotas de su quehacer diario. ¡Cómo nos pudimos reir escuchándole relatar las desgracias de un pobre luser en su día a día! Glorioso. Y lo gordo es que, como os decía, basado en hechos reales que muchas veces superan lo imaginable, porque ¿creeríais que el vecino gorrón de la WiFi “chupaba” señal… ¡con una consola!?
Ver a Josep Albors llevarse las manos a la cabeza con sorpresa no tiene precio: anda que no habrá visto cosas, llamémosle, extraordinarias en su sempiterna caza de ransomware, que tampoco dejó precisamente tranquilos a los casi-ciberempresarios que aguantaron estoicos el chaparrón de información.
Al final, personas que acudieron tal vez con curiosidad y que se marcharon concienciados… ¡en busca del amigo árbol que nos sugirió Eloy!
Bromas aparte, tuvieron/tuvimos la ocasión de vivir de la mano de la Asociación de Empresarios Cinco Villas una jornada de información sobre el peligro que el desconocimiento de los riesgos tecnológicos acarrea que no podrán olvidar, de la mano de unos auténticos especialistas. Ahora sólo resta que pongan en práctica lo aprendido para lo cual tienen en ese “hacker” de Ejea un oráculo. ¡Aprovechadlo!

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