¿Nos habremos pasado pidiendo precaución al usar las redes WiFi públicas y abiertas? Realmente ¿estaremos "sembrando el terror" quienes intentamos concienciar a todos, pequeños y mayores, sobre los riesgos de Internet? ¿Habremos provocado que, cómo Don Quijote, vean gigantes donde sólo hay molinos?
Porque no ha mucho tiempo, en un lugar de Aragón cuyo nombre no mencionaré, hubo un juntamiento de gente para celebrar un evento, en el cual abundaban las cabezas supuestamente bien amuebladas cuando, en mitad de una conversación, oigo: "... los virus te entran en el móvil a través de las WiFi gratuitas..."
Desbandada... de mi entendimiento. ¿De verdad es así? ¿Es tan cierto eso como que coges una neumonía cuando vas a un hospital de visita? Excepto de visita o para ir a dar a luz, quien a un hospital va es porque está enfermo de cierta consideración; pero de ahí a que todo el que entra sale contagiado... ¡hay un mundo!
¡Qué no! El riesgo de conectarte a una red WiFi pública y gratuita es que no sabes quién más está conectado, y realmente puede haber hackers ciberdelincuentes que estén al acecho de almas cándidas que impelidas por una urgencia vital -tráfico de datos agotado, por ejemplo- necesiten conectarse a todas y cada una de sus redes sociales, ofreciendo desinteresadamente sus nombres de usuario y contraseña...
Así pues, volvemos a confundir la velocidad con el tocino: cierto es que los accidentes de tráfico más graves ocurren en las autovías, pero eso no significa que cada vez que circulas por una tengas un accidente. Creo. O es que eres gafe.
En fin, seguiremos trabajando: puliendo nuestro uso del lenguaje para que no haya lugar a que entendimientos sin desbastar malinterpreten los hechos y, ellos sí, siembren un terror que luego es difícil de exorcizar.
Un saludo seguro desde mi conexión eth0 y mi Vitalinux,
Pedro
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